El candidato

Mariano Rajoy lleva camino de ser el eterno candidato. Su gestión, su trayectoria política y su futuro, se ponen en tela de juicio y en cuestión de forma constante y, muy singularmente, en convocatorias electorales.

Por más que él intenta quedarse al margen de la batalla y dedicar todos sus esfuerzos y afrontar todos sus riesgos en las generales, lo cierto es que ‘se la juega’ en cada envite. Cualquier analista que se detenga a examinar las posibilidades del Partido Popular en el País Vasco, en Galicia o en las elecciones al Parlamento Europeo, tiene en pensamiento, lo explicite o no, a Mariano Rajoy.

Es lo mismo que pasa en el seno del Partido Popular. Nadie piensa en Núñez Feijoo, en Mayor Oreja o en Basagoiti. Los hipotéticos malos resultados que se auguran a los populares, no van a ser imputados a ninguno de los tres candidatos. Son muchos los inquilinos de Génova que hablan sin tapujos de la ‘última oportunidad’ de Rajoy y no se recatan de filtrar las batallitas para la designación de Jaime Mayor Oreja como cabeza de lista para Europa. Hasta el mismo Basagoiti habla ahora de que ‘hay que dejar de malmeter’.

A la vista del equipo que Mariano Rajoy formó en Valencia, no es fácil pensar que, para Europa, su candidato fuese el político vasco. Si no se trata de un trágala monumental, habrá que pensar que no se ha encontrado a nadie mejor o más dispuesto.

Mayor Oreja siempre ha sido un problema para Rajoy, sobre todo por sus planteamientos en Euskadi. Desde que Aznar dejó traslucir la famosa tripleta de candidatos, se hizo evidente que Rajoy hubiera tolerado mejor a Rato que a Mayor. Una vez salido su nombre de los descartes de José María Aznar, trató de atraer a Rodrigo Rato y dejó en el más absoluto de los ostracismos a Jaime Mayor. La última faena ha sido la forma en la que le ha ‘ninguneado’ para, al fin, designarle candidato.

Nadie en el equipo de Rajoy apostaba por Mayor. Únicamente Arenas se permitió opinar de las bondades del vasco. Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría o el mismo González Pons se dedicaron a los tópicos de siempre cuando se les preguntaba.

Supuesto que la única elección en la que el PP tiene esperanzas es la europea, si se gana no solo ganará Mayor Oreja, sino que muchos en Génova volverán a mirar a la línea que él representa dentro del partido. Si se pierden las europeas, las habrá perdido irremediablemente -¿irremediablemente?- Rajoy, por más que él no quiera retratarse como candidato.

 
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