Urnas en Euskadi y Galicia

El próximo domingo tendrán lugar las elecciones autonómicas en el País Vasco y Galicia, las dos primeras citas electorales después de las generales celebradas hace un año en las que Zapatero derrotó a Rajoy.

El aluvión de encuestas publicadas este pasado fin de semana no despejan las dos grandes incógnitas que penden sobre ambas elecciones. En el caso del País Vasco, si por primera vez en la historia habrá un lehendakari no nacionalista y en Galicia, si el PP consigue la mayoría absoluta y recupera por tanto el Gobierno de la Comunidad Autónoma que Fraga perdió hace cuatro años por sólo siete mil votos.

En Euskadi, antes de cualquier otra consideración, habrá que destacar que por primera vez ETA no va a estar en el Parlamento Vasco, y esto es en si un triunfo de la democracia y del Estado de Derecho. Con la prohibición y anulación de candidaturas de ETA no se están persiguiendo ideas sino, únicamente, impidiendo que quienes no condenan la violencia y tienen una ligazón con la banda terrorista no puedan estar presentes en las Instituciones.

Las encuestas arrojan  un casi empate técnico entre el PNV y el PSE, aunque dan una ligera ventaja, tanto en votos como en escaños, al primero. Puede darse la circunstancia que aun siendo el PNV la fuerza más votada y la que tenga más escaños, la suma para reeditar el actual “tripartito”, EA e IU, incluso con la incorporación de un cuarto socio, Aralar, no sea suficiente para alcanzar los 38 escaños que garantizan la mayoría absoluta.

También puede darse el escenario de que el PSE, siendo la segunda fuerza mas votada, pudiera formar gobierno con el apoyo del PP y el de UPyD si la formación política de Rosa Diez consigue al final entrar en el Parlamento Vasco. En ese caso, ¿estarían dispuestos los populares a apoyar sin excesivas condiciones a los socialistas de Patxi López? Y lo que es más importante, ¿querría el PSE ese apoyo? A la primera incógnita ya ha respondido positivamente en diversas ocasiones el candidato popular a lehendakari, Antonio Basagoiti. Respecto a la segunda, no está tan claro. De entrada, Patxi López ha dicho que él no quiere “frentes”, dando a entender que un gobierno PSE-PP lo sería. Pero una cosa es la teoría y otra el que se presente la ocasión de desbancar democráticamente al PNV y a Ibarretxe.

En cuanto a Galicia, el PP está, siempre según las encuestas, rozando la mayoría absoluta, imprescindible si quiere gobernar, porque en caso de no obtenerla, se reeditaría la actual coalición del PSG con el Bloque. La abstención puede ser la clave de estas elecciones cuya campaña ha estado bastante marcada por el despilfarro del Presidente Emilio Pérez Touriño en diversas reformas y decoración de despachos de la Xunta o en el mitin sorpresa que el candidato del Bloque Nacionalita, Anxo Quintana, dio a quinientas personas de la tercera edad que habían sido invitadas a una excursión a Portugal y se encontraron de bruces con el candidato nacionalista en el salón de un hotel cercano a la frontera con Portugal.

Del resultado de las elecciones vascas y gallegas dependerá no sólo la conformación de los Parlamentos y los Gobiernos de ambas Comunidades Autónomas, sino también, en clave de política nacional, el futuro de Rajoy como líder del PP. Si consigue la mayoría absoluta en Galicia, aunque tenga un resultado discreto en el País Vasco, apuntalaría al actual presidente de los populares al menos hasta la siguiente cita electoral, las europeas, el 7 de junio. En el supuesto de una derrota en su tierra natal, Rajoy seguramente se aferraría al puesto, pero las voces que tanto dentro como fuera del PP han cuestionado en estos últimos meses su liderazgo, volverían a cobrar fuerza e irían en aumento.

 
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