Radiografía política de la izquierda y del separatismo

Radiografía política de la izquierda y del separatismo
Radiografía política de la izquierda y del separatismo

Podría parecer osado, pretender hacer una aproximación a tal extraordinario complejo fin, máxime en un contexto nebuloso y aciago, donde su principal dificultad, paradójicamente  radicaría tanto  en su clara desconcertante “simpleza”, como por una “desubicación” de los originales y clásicos   papeles de los diferentes actores y grupos  políticos, en un momento además de cambio del “statu quo” internacional por la vía del “hecho”, donde los nuevos “nacionalismos” y “expansionismos comerciales”, se aúnan por la entrada en escena de nuevos sujetos internacionales que amenazan el propio poderío de  U.S.A. (Brics)

Es obvio, que la derecha, tanto a nivel nacional o internacional se siente lógicamente más cómoda en las democracias liberales occidentales, por ser más conservadoras y coherentes con el sistema productivo capitalista, y con los principios y valores que impregnan las constituciones: seguridad jurídica, familia, religión, el intento de racionalizar la inmigración descontrolada. Prueba de ello, es que no es ocioso, que el socialismo, haya pasado a ser meramente simbólico en Francia, Italia….Una Europa, donde también empieza a observarse un claro predominio en gobiernos de  unión derecha y ultraderecha, y donde mucho tiene que ver el peculiar hacer de la izquierda, que no acaba de encontrar su Norte.

Esa izquierda, claramente está “desubicada” después de su inestimable papel en el S.XIX y XX,  cuyas principales reivindicaciones,  ya se han cumplido (derecho de huelga, sanidad, pleno estado del bienestar..), siendo asumido actualmente todo ese nuevo patrimonio por la casi generalidad de la derecha. Ello, unido a la caída del bloque comunista, trajo a su vez una crisis identitaria al bloque socialista, quienes para subsistir, se vieron obligados a girar el timón hacia los nuevos vientos en pro de una  plena “igualdad” para ellos cuestionable. A su vez, intentan desarrollar y sacar rédito político a los “nuevos derechos fundamentales” de las respectivas constituciones, que ven como nuevo “filón” para diferenciarse así  de la clásica derecha. Otra facción de la izquierda, menos cerebral y consecuente con sus principios universales- fruto de una escasa cultura política,  y tal vez como una reacción inconsciente a una imparable y deshumanizada globalización- optaron por desenterrar viejos fantasmas, los “nacionalismos”, recreando inconscientemente la causa del sangriento S.XX. La unión de todos estos nuevos factores, están generando una agresiva confrontación política y social que están trasladando amoralmente a la ciudadanía, la cual, está situando a los políticos ya  como una de las mayores preocupaciones o problemas sociales.

Ejemplo claro de esa complejidad de la izquierda y de esos dos diferentes caminos ( o tal vez, callejones de inexistente salida) por los que han optado esas dos facciones -tendentes a  apurar la  igualdad, derechos fundamentales ( sin respetar los tiempos en una alocada carrera que se asemeja más a una competición de galgos) y el nacionalismo,- que generan los consiguiente “populismos”, a veces no faltos de auténtico “esperpento”-, se aprecia en especial en España, donde se está cuestionando lo obvio, básico y perenne,  que conforman además los verdaderos pilares culturales de Occidente: papel primordial de la familia, la religión, la seguridad jurídica, el estado democrático, y hasta la propia unidad del país, con unos fines muy concretos que no son precisamente los generales: perpetuarse en el poder, acelerar un estado federal, beneficiarse de las ayudas europeas  a fondo perdido etc.

Los derechos fundamentales, tienen “per se”, unos “límites” y unas “limitaciones” al no ser absolutos (incluso el propio derecho a la vida), que si no se respetan, degradan al mismo derecho que pretende defender. Así por ejemplo, la libertad de expresión, fue el “caballo de Troya” utilizado por los separatistas para pretender dar un golpe de fuerza callejera a través del “patio trasero” a la propia democracia que previa,  legítima y voluntariamente se había instaurado, con una alevosía propia de “manual de tirano”. En otras palabras, los propios lobos, disfrazados de pastores, diciendo obrar falazmente nombre de todo el pueblo catalán, -tratándolo en realidad como mero rebaño-, cuando en realidad, no representaban ni a la mitad de la población,  y que a día de hoy, han perdido incluso la mitad de esa original manipulada clientela, que se siente lógicamente estafada; políticos que faltaron a sus fundamentales obligaciones constitucionales de “lealtad y servicio público” al que venían obligados (arts. 9, 1, 3, 6, 14,15 CE.)  de donde derivaba precisamente su única legitimidad, prefiriendo torticeramente, vender un auténtico “crecepelo”  inexistente, más propio de feriantes (derecho de autodeterminación, nada menos que en la 23ª notoria mejor democracia internacional)

Ambas facciones, se empeñan además en “gestionar el pasado” en vez de la realidad presente para la que fueron elegidos, y lo más grave es que lo hacen distorsionando y pretendiendo alterar la Historia. En cuanto a los nacionalistas: Con obvia manipulación “dels paisos catalans”, la guerra de sucesión dinástica, el supuesto acoso de Felipe V (cuando en realidad, se limitaba a aplicar el centralismo francés),  y en general  la también falaz  permanente opresión de España.

En cuanto al PSOE y grupos ultra izquierda y derecha que lo sustentan: Confrontación y polarización de la población en cuanto a “genero”, algo ya implícito en derechos fundamentales obrantes en  la Constitución (Art. 14 “igualdad”; Art. 24 “protección judicial), incluso con otros derechos que pretenden hacer fundamentales, apurando simplemente su simple función social ( Art. 33 “derecho de propiedad”) que en realidad, más que buscar un progreso, se denota un “populismo” en busca  del simple voto, aun a  costa de generar verdadera crispación social, al expropiar indirectamente la misma propiedad privada, con la excusa de los supuestos grandes tenedores,  o fondos buitres, cuando  en realidad, ambos grupos, representan una  ínfima parte del parque inmobiliario.

Otro ejemplo claro, sería la ley de la “subjetiva”  memoria democrática, donde se prima solo a un bando, y el “efecto” (guerra civil) sin tan siquiera permitir cuestionar la “causa” (caos e ingobernabilidad imperante en especial en los primeros meses de 1936), ello sin contar los intentos de golpe de estado previos de la izquierda a  su vez a gobiernos legítimos de la derecha; ley que cuando quiere, tiene sus extraños lapsus, como no incluir el prolongado y sangriento episodio de ETA, cuyos continuadores políticos, son precisamente parte principal de los promotores de dicha legislación, y que en cierto modo, nos hacen recordar ideológicamente  slogans propios de “Rebelión en la granja”, o cómicamente, los mismos hermanos Max y sus diversas partes contratantes.

Igualmente, “modificar la Ley” al gusto de los procesados y huidos de la justicia en base a instituciones inexistentes (amnistía), o con la falsa  excusa de menor penalización europea, modificar a la carta el delito de sedición, o rebajar la malversación de caudales públicos,  en especial “si el beneficiario es un tercero”. Y todo ello,  con ataque directo a la independencia del poder judicial para subyugarlo al poder legislativo y ejecutivo. Gobierno y separatistas, confluyen en utilizar un lenguaje y unos actos ya comunes (hoja de ruta, alterar la realidad legal y constitucional, cuestionar la Justicia; crear un supuesto enemigo común: la derecha y ultraderecha (pese a que buena parte de los separatistas que sustentan al gobierno, son de la clásica dura derecha catalana o vasca);  presentándose además, como salvadores, con  visión monotemática de lo que consideran sus respectivas “patrias” ( aunque dicen que pretenden monopolizarlo solo  sus rivales),  y todo ello, paradójicamente al  grito de  un extraño “progresismo”, puesto que la alteración en buena parte extralimitada de esos derechos, la mayoría de la población no los asume ni comparte, a veces ni por los propios afectados a los cuales ni consultan (temas de género por ejemplo, o prohibir la prostitución); otras veces, hacen el efecto contrario (incremento de los abusos sexuales, o de los alquileres, como resultado de la invasión de la propiedad privada); mientras, el supuesto bienestar económico, no llega a la gente en la calle, con una clase media  en vías e extinción, paro elevado; políticas partidistas para intereses, o incluso sueños concretos y minoritarios, sin gestión real de los problemas de la calle (caso de los separatistas) que al margen de partir una sociedad cohesionada, dinámica y optimista con su futuro, la están llevando a un desastre de conflicto social y devaluación  económica fruto en gran parte de la fuga de miles de  empresas nunca antes conocida. Un dato objetivo y letal, tras la experiencia independentista de Quebec, - que al menos tenía una inicial base legal- escasamente volvieron un 10% de empresas, exactamente como está ocurriendo en Cataluña, y es que de quijotadas, inseguridades jurídicas y sueños húmedos románticos, nada quiere saber el capital, ni la razón, ni menos el “statu quo” internacional basado generalmente en constituciones escritas, “pues los sueños, sueños son” como diría Calderón de la Barca.

 

En definitiva, al  grito de que “viene el lobo de la ultraderecha”- parte de esos a los que nos  consideran mero rebaño-, dudamos y nos preguntamos si tenemos pastores, o si realmente serán precisamente el verdadero lobo, razón por la que optamos por salirnos de la manada al estilo Hermann Hesse, ahora precisamente que se está volviendo a abrir el “cascaron”, y  se atisba el regreso de “Demian”, pues el humano, es obvio es que caracteriza por ser el único animal, que tropieza dos veces con la misma piedra.

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