‘¡Váyase, señor Zapatero!’. Rajoy inauguró en el Pleno del Congreso la ofensiva del PP para descabalgar al presidente del Gobierno que tanto éxito tuvo con Felipe González

Mariano Rajoy convirtió ayer el Pleno del Congreso, inicialmente convocado por hablar de la crisis económica, en el primer paso de una campaña dirigida contra el presidente del Gobierno que es trasunto del famoso “¡Váyase, señor González!” que repitió en su día José María Aznar.

El ‘¡Váyase, señor Zapatero!’ planteado por el presidente del PP, aunque sin utilizar expresamente esas palabras, se resumió en argumentos como los siguientes:

-- El problema de la crisis económica es usted, señor presidente.

-- Nadie confía en su capacidad para resolver las dificultades que sufre España.

-- La lluvia de críticas que está recibiendo desde Europa se debe a que, por fin, le han conocido.

-- Si usted no es capaz de resolver la crisis, déjenos a nosotros, que sí tenemos soluciones.

Mariano Rajoy hizo incluso una apelación a los diputados socialistas, sugiriéndoles que fueran ellos lo que reaccionaran ante la incapacidad de su líder. Una reflexión que enfadó mucho a Zapatero, que subió a la tribuna para echárselo en cara y decirle que lo que tenía que hacer, si tenía arrestos, era presentar una moción de censura.

La “comisión Blanco”

En su oferta de buscar un pacto que afronte los problemas económicos del país, el presidente del Gobierno anunció la creación de una comisión para estas negociaciones, integrada por la vicepresidenta económica, Elena Salgado, y los ministros de Fomento, José Blanco, y de Industria, Miguel Sebastián.

La idea de inventarse la propuesta ha sido del titular de Fomento, según dejó entender él mismo en los pasillos del Congreso, hasta el punto de que algunos analistas han empezado a denominarla la “comisión Blanco”.

 

La composición del grupo ha dejado en evidencia a tres políticos socialistas:

-- A la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, que se queda fuera de una negociación que ofrece apariencia económica pero que en realidad tiene un gran trasfondo político.

-- A José Antonio Alonso, portavoz parlamentario, inicialmente designado como el encargado de contactar y verse con todas las fuerzas representadas en la Cámara, y que ahora se ha visto apeado.

-- Y al ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que igualmente resulta marginado a pesar de que, en una negociación así, tiene que abordarse cuestiones que le competen, como el alargamiento de la edad de jubilación, la reforma de las pensiones y la reforma laboral.

Rajoy ganó el combate

Esta vez, el presidente del PP se mostró convincente y rotundo, con una intervención que –según se escucha en fuentes del partido- preparó él mismo casi en solitario, durante los dos días previos, en su casa, aunque, eso sí, recibiendo y utilizando papeles de sus asesores más inmediatos.

Fuentes políticas consultadas por El Confidencial Digital añaden que en la confección de su discurso ha contado también con aportaciones de catedráticos y de personas de la banca.

Rajoy logró zafarse de la trampa que suponía decir “no” a la propuesta de llegar a un pacto nacional, por el sistema de plantear una serie de condiciones previas, y con el argumento de que “sería irresponsable hacerme corresponsable” de la grave situación de España.

Y la atrevida apelación a los diputados socialistas para que se plantearan prescindir de Zapatero es una baza que se planeó con cuidado y con toda intención, en la línea de acentuar las fracturas que empiezan a intuirse en el socialismo, preocupado por las eventualidad de una próxima derrota electoral.

Los periodistas, pero también las encuestas que se suscitaron en los medios digitales, dieron una clara victoria dialéctica del líder de la oposición frente al presidente del Gobierno.

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