Ni PP ni PSOE quieren romper el pacto en el País Vasco

Es cierto que, en los días pasados, se ha apreciado un rebrote de virulencia en las declaraciones de socialistas y populares, con descalificaciones y hasta insultos.

Es cierto que la salida del etarra Troitiño a la calle ha echado sal en las heridas de quienes tienen la cuestión vasca entre sus prioridades. Y no digamos nada entre las víctimas del terrorismo, es este caso con harta razón.

Se ha querido ver, en la ‘suelta’ del multi asesino, alguna maniobra oculta del Gobierno, y eso ha exacerbado los sentimientos de no pocos. Y la susceptibilidad en las filas populares.

Ese ambiente ha propiciado que se haya empezado a apuntar una ruptura del pacto que une a socialistas y populares en el País Vasco, ése que permite a Patxi López ocupar la ‘lehendakaritza’ prácticamente gratis.

Por lo que ha hablado con unos y con otros, el pacto no corre peligro. Nadie, en uno y otro partido, quiere la ruptura de un acuerdo que ha sido, es y será trascendental para el futuro de aquellas tierras. Aunque sólo fuera porque visualiza que es posible ‘otro’ gobierno que no sea del PNV.

Basagoiti y Patxi López siguen conectados y sintonizando. Por su parte no habrá aventuras rupturistas.

Y en las cúpulas nacionales de PP y PSOE tampoco se contempla, ni de broma, la opción de una quiebra del pacto.

Por eso, se pasarán por alto algunos excesos, incluso graves, como las declaraciones de Eguiagaray, el ‘outsider’ socialista (pero consentido por la dirección), a las que sumar las ‘carantoñas’ que le hizo el propio Rodríguez Zapatero en Bilbao.

Y se mirará a otro lado respecto a las declaraciones últimas de una María Dolores de Cospedal que empieza a parecerse a Agustina de Aragón. Lo mismo que a las cornadas que suelta últimamente Esteban González Pons, a veces porque el guión del partido lo manda, pero a veces porque pierde el tino y se le va el magín.

 

Cuando se pregunta a la dirección del PP, lo que responden es que el pacto se firmó por cuatro años, y por tanto está y estará en vigor hasta el final. Y algo parecido se huele en los ámbitos socialistas.

Nadie quiere romper el pacto en el País Vasco. Luego hay que concluir que no se romperá. Hacerlo, además de una desgracia, sería una enorme torpeza que nadie querría asumir ante los españoles y ante la historia.

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