Gobierno vasco

No es noticia. Todos han ganado en las elecciones vascas y todos están contentos, pero la realidad es otra muy distinta y, además, esa realidad va a cambiar bastante en las negociaciones que nos esperan antes de que Ibarretxe, lógico encargado de formar Gobierno, pueda decir que hay gobernabilidad en Euskadi.

Las combinaciones, que ahora parecen varias, son muy reducidas. El Partido Comunista de las Tierras Vascas es el gran beneficiado y puede tener la llave del gobierno, no tanto como gobierno en sí -es de esperar que nadie les ofrezca un puesto en el ejecutivo- sino como fuerza que puede tener la llave en el Parlamento de Vitoria para muchas iniciativas y, lo que es peor, algunos grupos políticos pueden tener en cuatro años la tentación de apoyarse en él para asuntos concretos.

En cualquier caso, el tripartito no tiene mayoría absoluta e Ibarretxe puede pensar en gobernar en minoría, en solitario, lo cual le abocaría a una continua negociación parlamentaria.

Sí parece impensable una alianza constitucionalista PSEE- PP, que tampoco tiene mayoría. Quedan pocas soluciones y una de ellas puede ser el Gobierno PNV-EA con el Partido Socialista.

Esa alianza sería muy problemática para el gobierno de Rodríguez Zapatero. Reeditaríamos el problema catalán con un Zapatero demasiado constreñido por los nacionalistas. Se pagarían demasiados precios y demasiados peajes. Además, en Ferraz habría demasiadas voces disonantes.

La reforma del Estatuto estará en la mesa como primer plato, después vendrán las exigencias económicas y, al mismo tiempo, las posibles negociaciones con formaciones separatistas que han tenido un más que apreciable respaldo social.

El problema va a estar en los límites a los que quiera llegar no el Gobierno de España, sino el Estado español. Hay cosas en juego que pueden prostituir el estado de derecho; no se trata ya de la negociación de un partido para poder gobernar Euskadi, se trata del precio que tendrá que pagar el Estado español.

 
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