De bellacos y sacrosantos

Continúa el presidente del Gobierno su errática presencia en la campaña electoral y su errabunda asistencia a algunos mítines. Errabunda por cuanto no le dejan asomarse demasiado y errática por mor de los asuntos que trata en sus discursos. Estos días ha tocado abordar los logros sociales del Partido Socialista y del Gobierno presidido por Rodríguez Zapatero y, con absoluta naturalidad y siguiendo las directrices de su partido -‘nada de insultos en campaña’-, ha dicho que mienten como bellacos los que afirman que el Gobierno ha hecho recortes.

Está claro que lo ha dicho con destino a sus adversarios políticos pero, qué quieren ustedes, uno se da por aludido y es seguro que muchísimos españoles, eso que Bono llama ‘la inmensa mayoría de los españoles’, también.

Afinando, que es gerundio. No es que el presidente del Gobierno nos haya llamado bellacos, sino que ha dicho que mentimos como bellacos, que en esto hay que matizar mucho. Pero aun así hay que tener cuajo para decir que mienten los que le digan que ha hecho recortes sociales.

Lo de la bellaquería no deja de ser una apreciación subjetiva e incluso podría tener un carácter reflexivo en relación a los modos verbales, pero lo de la mentira es pura objetividad. Y ahora que está tan de moda aconsejar a los políticos que acudan a las hemerotecas, Rodríguez Zapatero no tiene que hacer ni eso, simplemente debería releerse las actas de los consejos de Ministros por él presididos, para hacerse una idea, aunque sea en una tarde, de eso de los recortes sociales.

Bellacos y con la carne de gallina. Al menos lo de la carne de gallina les atañe a Pascual Sala y a sus congéneres del Tribunal Constitucional. Dice el’ presidente-fotógrafo’ que de todo hay en la viña de las togas, que la independencia de los magistrados es sacrosanta, y que sólo de pensar que se pueda dudar se le pone la carne de gallina.

Uno se hace un lío y ya no sabe si hay gallinas bellacas, pieles sacrosantas, togas agallinadas o mentiras recortadas.

Aquí lo único que cada vez se ve más claro son la fotografías de los etarras saliendo de la cárcel, y además en las pancartas se entiende todo.

 
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