Por la boca… El efecto Borrell

Va a resultar que en el fichaje de Borrell por parte de Pedro Sánchez va a haber más ruido que nueces y también puede ocurrir que el ‘efecto Borrell’, esté siendo más potente fuera, que dentro del propio Partido Socialista.

Hay sectores en el Partido y en Ferraz, que no entendieron muy bien el recurso a alguien que ya había tenido su momento, que en ese momento fue rechazado por el propio partido y que ya se tenía por amortizado.

El problema es que, con todo eso a cuestas, José Borrell tiene su propia personalidad, su forma de ver las cosas y ahora, puede que las ambiciones que todo político lleva dentro, hayan vuelto a aflorar. No se trata de ambiciones que demanden brillo ni primeras filas, pero si pueden ser de esas que gustan de estar en la sombra y manejar a su antojo los hilos del número uno.

Si a lo anterior añadimos que Borrell nunca ocultó un cierto -y casi académico- desdén por Sánchez, los recelos del líder están servidos. Hay socialistas más o menos influyentes que no se recatan demasiado en contar episodios que corroboran ese descontento.

Pero mientras, parece que fuera del PSOE se espera mucho del efecto Borrell y se le atribuyen más bondades de las que quizás pueda tener. El político catalán siempre fue algo hermético y jugaba a enigmático, pero ahora, en campaña, va a tener que dar la cara y ya ha empezado a contradecir a Sánchez en materia de alianzas y alianzas tan espinosas dentro del socialismo, como los entendimientos con Podemos.

Hay quien dice que no tardaremos mucho en presenciar desencuentros y que tampoco tardarán los correspondientes desmentidos.

 
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