Por la boca… Sánchez, una máquina de perder elecciones

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ejerce su derecho a voto en el colegio de Nuestra Señora del Buen Consejo
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ejerce su derecho a voto en el colegio de Nuestra Señora del Buen Consejo

Cuando sonríe tras las derrotas, muchos se malician que ya está acostumbrado. Igual que cuando sonríe cuando le abuchean en la calle cada vez que se asoma. Sánchez sonríe siempre.

Las urnas, lo que se llaman urnas en cualquier democracia; los votos, lo que se llaman votos en cualquier democracia; los recuentos electorales, lo que se llaman recuentos electorales en cualquier democracia, son cosas que no le van bien a Sánchez.

Sánchez pierde una elección tras otra e incluso las pierde más allá de las fronteras, si atendemos a la debacle de “su” izquierda en Europa, esa izquierda con la que va a frenar  la reacción de la derecha y de la extrema derecha, ayudado, como es de rigor, por la izquierda y la extrema izquierda.

Más allá de las coaliciones, de la suma de escaños en los parlamentos y de las minorías con las que se puede gobernar, Sánchez siempre pierde las elecciones.

Cuando sonríe tras las derrotas, muchos se malician que ya está acostumbrado. Igual que cuando sonríe cuando le abuchean en la calle cada vez que se asoma. Sánchez sonríe siempre.

Y también sonríe cuando pone en marcha el tocadiscos que seguramente conserva de sus años de guateques con los compañeros del “Ramiro”, que ya entonces soñaban con cargos en empresas públicas y en ese tocadiscos “pincha” el vinilo, de los coros y danzas que con tanto entusiasmo lideran Montero, la de la cosa fiscal y López (pero Pedro ¿tú sabes lo que es una nación?)

Todo es cuestión de costumbre y Sánchez ya está acostumbrado a perder y a poner en práctica lo de la resiliencia.

Sánchez ha perdido las elecciones europeas, como perdió las generales y las autonómicas y las municipales. Pero mientras le queden en la chistera de embaucador, indultos y amnistías y referéndums y deudas que perdonar, Sánchez seguirá “con más ímpetu que nunca” liderando el proyecto de progreso en España y en Europa y en el mundo.

Posiblemente estén de más los análisis, los porcentajes, las comparaciones y hasta el número de escaños e incluso las bromas a cuento de las predicciones de Tezanos.

 

Habrá maquillajes, interpretaciones interesadas, análisis mentirosos y hasta aplausos mutuos…

Pero Sánchez ha perdido, una vez más las elecciones. Y lo de la sonrisa, las alegrías, los quebrantamientos.

La carcajada: Una carcajada, por adelantado, previendo los análisis de Sánchez y sus “coros y danzas” tras la debacle que ha sufrido en las elecciones europeas, él y la izquierda en todos los países menos en Rumanía.

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