Es el Poder Judicial, estúpido

Sánchez y Feijóo en el Palacio de la Moncloa. Foto de archivo.
Sánchez y Feijóo en el Palacio de la Moncloa. Foto de archivo.

¿Te parece a ti que  puede existir sin arruinarse

la ciudad en la que los juicios que se producen 

no tienen efecto alguno,

son inválidos y quedan anulados?

Platón (Diálogo Sócrates y Critón)

Está claro que, tras la reformas del CGPJ y del Tribunal Supremo, el Gobierno no va a poder cometer los desmanes que ha perpetrado Sánchez en los cinco años de situación anómala. De momento, Sánchez, ha sorteado muchas situaciones judiciales ajenas -en las que está interesado- y propias que le acorralan. Si sigue en el Gobierno ya lo ha conseguido, si pasa a la oposición, se beneficiará de las trabas y cautelas que el acuerdo impone al Ejecutivo.

Si parece un pato, anda como un pato, grazna como un  pato y tiene plumas de pato, lo más probable es que sea un pato.

Si Sánchez ofrece un acuerdo, si previamente chantajea con el acuerdo, si Sánchez firma el acuerdo, si Sánchez tiene interés en conseguirlo y si Sánchez se ufana de haberlo logrado, lo más probable es que sea un engaño de Sánchez.

La primera pregunta que surge a la vista del consenso al que han llegado PSOE y PP para la normalización del Poder Judicial, es ¿por qué para esto, ha habido que esperar cinco años?

 

Cinco años en los que posiblemente, una de las partes, necesitaba tiempo para cometer toda clase de tropelías, con el objetivo de librar a sus coaligados y defenderse a sí mismo, de jueces que son demasiado indagadores. 

Está claro que, tras la reformas del CGPJ y del Tribunal Supremo, el Gobierno, no va a poder cometer los desmanes que ha perpetrado Sánchez en los cinco años de situación anómala. De momento, Sánchez, ha sorteado muchas situaciones judiciales ajenas -en las que está interesado- y propias y más cercanas, que le acorralan. Si sigue en el Gobierno, ya lo ha conseguido, si pasa a la oposición, se beneficiará de las trabas y cautelas que el acuerdo impone al Ejecutivo.

AHORA, con mayúsculas) se exigen mayorías cualificadas para ciertas decisiones.

AHORA (con mayúsculas) no se podrá designar para cargos en el Poder Judicial, a ex ministros o políticos de inmediato ejercicio.

AHORA (con mayúsculas) las puertas giratorias se atrancan y no darán vueltas con tanta soltura.

Todo a partir de AHORA (con mayúsculas) cuando se vislumbra un posible cambio en La Moncloa -de forma más o menos inmediata- y se maniata al Gobierno. Un ejecutivo que ha campado a sus anchas, priva al que tal vez esté para llegar, de esas mismas “anchas”.

Y a partir de AHORA (con mayúsculas) la oposición -en la que también parece vislumbrarse un cambio- contará con instrumentos de control de los que la oposición actual nunca ha dispuesto, porque estaban en manos del Gobierno.

Todos están contentos aunque nadie se fía de nadie y, si todos están contentos, puede concluirse que ninguno lo está. Todos han tragado, pero convendría examinar, de cara a un futuro, quién ha tragado más o, por mejor decir, a quien beneficiará más lo pactado, en ese futuro.

Lo que ha hecho Sánchez, a lo peor, ha sido preparar el terreno para un posible segundo tiempo. El próximo Gobierno tendrá las manos atadas, mientras que el actual lleva años con las manos libres.

Si a todo lo anterior se añade que, mientras en el PSOE, Sánchez, sigue marcando pautas con mano férrea, con este acuerdo, Sánchez, ha conseguido como mínimo sembrar dudas en los liderazgos del Partido Popular y empezará a intuirse quién puede haberse beneficiado en mayor medida.

Haría bien Feijóo -y los que estén (que no son todos) más o menos de acuerdo con él dentro de su partido- en no fiarse. 

Suponiendo que el Partido Popular forme el próximo Gobierno, en materia judicial, lo hará con impedimentos legales que sus jefes han aprobado y que Sánchez no ha tenido durante su mandato.

Como dijo Chesterton, “Tener derecho a hacer algo, no es lo mismo que hacerlo bien”.

 La carcajada: Dice González Pons, tras la firma del convenio del Poder Judicial y en la posterior comparecencia y ante la extrañeza de las apariciones individuales de él y de Bolaños, que lo han “hecho por separado para que si surgía alguna pregunta más comprometida, el que contestase, lo pudiera hacer con más comodidad”.

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