Ni Urtasun, ni Puente: las dos amenazas a la fiesta de los toros

Una corrida de toros. Fotografía: Francisco Guerra / Europa Press
Borja Jiménez durante su faena en la corrida de toros de la prensa en la plaza de las Ventas, a 5 de junio de 2024 (Foto: Francisco Guerra / Europa Press).

Finaliza la Feria de San Isidro con otra tarde de “no hay billetes” y en homenaje a los 200 años de la Policía Nacional: un evento económico, social y cultural de los más relevantes de la Comunidad de Madrid y de España.

El evento dio comienzo en medio de la polémica, a penas 8 días antes el desafortunado Ministro de Cultura decidió eliminar el Premio Nacional de Tauromaquia y tomada la decisión, inició un procedimiento de consulta pública para valorar si eliminarlo o no, intentando  democratizar su decisión personal, si bien no es más que mero trámite legislativo.

En este ambiente de hostilidad a un ámbito cultural que complementa una parte importante de la identidad española (y en aquellas fechas la proximidad de las elecciones catalanas) el 10 de mayo, a las 19:00 sonaron las notas del pasodoble con una plaza abarrotada, aforo completo, 22.964 aficionados.

Se han sucedido 26 días de festejos, con un total de 13 tardes de no hay billetes, pero para el Ministro Oscar Puente, esta parte de la cultura española y los aficionados a los toros son irrelevantes. Quizá quisiera que lo realmente irrelevante y desapercibido fuese su paso por los tendidos de la plaza de toros de Valladolid. Por suerte la grácil hemeroteca nos recuerda tan hipócrita momento.

Le pese a quien le pese el arte de los toros está más vivo que nunca, en Barcelona el 16 de mayo (Día Internacional de la Tauromaquia) se volvió a abrir la plaza para celebrar un evento relacionado con la fiesta, similares actos se llevaron a cabo en multitud de municipios de toda la geografía, española e internacional. En nuestro país ocupa el lugar del segundo espectáculo de masas, después del fútbol.

A la vista está que los continuos puyazos políticos a los toros, sólo dan como resultado ahormar la embestida de los aficionados para acudir a la cita con casta y orgullo.

Ahora bien, pese al azote político esta Feria destaca, en mi opinión, por dos factores muy negativos que hacen más daño que Urtasun, Puente y cualquier demagogo político. En primer lugar los aficionados, se está perdiendo el respeto que se debe guardar en la plaza, pancartas, gritos o levantarse durante la lidia así como un sinfín de actitudes que desmerecen a un público que más que nunca se ve en la situación de dar la dimensión que merece una tarde de toros y más en Madrid, primera plaza del mundo.

En segundo lugar el ganado, las reses, sin toro no hay fiesta y es algo que deben preservar los ganaderos y debe exigir el público, con el debido respeto, el toro comercial no tiene futuro, se necesitan toros encastados y bravos que luzcan en todos los tercios de la fiesta.

Volviendo al éxito de cifras de este San Isidro, el que menos triunfo ha dejado de los últimos años, podemos reflexionar, en la década de los 80 el fenómeno social de la Movida se consideró contracultura y caló en la sociedad, convirtiéndose en un fenómeno de masas. El hostigamiento está posicionando a la Tauromaquia en idéntica situación y Madrid sigue siendo, como en muchas etapas de la historia, ejemplo de resistencia y referencia.

 

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