…Y Navarra

Se ha escrito hasta la saciedad que José Luis Rodríguez Zapatero ha engañado a todo el mundo. A catalanes, a vascos, a Rajoy, a ex ministros, a empresarios, a sindicatos, a multinacionales, a correligionarios y a adversarios políticos…a todos, menos a la ETA.

Y ahora toca Navarra.

Tiene que estar satisfecho, porque si lo que quería era ganar tiempo de cara a las generales sin tener que comprometerse demasiado, lo ha conseguido aunque el precio sea dejar en la estacada del engaño a los dirigentes del Partido Socialista Navarro a los que puso, precisamente, para llevar a cabo al negociación con Nafarroa Bai y para obtener los resultados que ahora ha vetado.

Una jugada a corto que le ha salido bien en espera de poder obtener los resultados que le permitan volver a ganar las elecciones generales. Será el momento de reconsiderar su postura y ver de qué forma se deshace del lastre de los “puras” y de los “chivites” si es que para entonces siguen vivos –políticamente hablando- y en condiciones de exigir al Presidente que, de una vez por todas, cumpla sus compromisos.

Mientras lo que ha hecho con Navarra y con los socialistas navarros es alargar la fecha del vencimiento de la letra que firmó, cuando -una vez más- prometió y prometió y prometió…

Se ha cargado a la cúpula del PSN como se cargó a Maragall o a Rosa Díez o a Redondo Terreros o a Simancas pero hay sensibles diferencias, pura y simplemente, porque la ETA está por medio

El problema lo tiene Rodríguez Zapatero en que consigue engañar a todos -o que todos se dejen engañar- menos a la ETA y los terroristas siguen en su línea de exigir la anexión de Navarra a todo trance y no van a ceder ni un ápice

Es muy posible que también al brazo político de los terroristas -tenga la siglas que tenga- le convenga aplazar la fecha de ejecución de la letra, pero eso nunca lo va a saber el Presidente del Gobierno y en cualquier momento la banda puede exigir el pago.

Alguna vez tendrá que dar la cara y, si en otros casos ha salido bien parado -ahí están las tercas y gratificantes encuestas de “su” CIS-,  Navarra pude ser el sitio donde se la partan –dicho sea de forma figurada- antes de que le dé tiempo a refugiarse en la playa de Parla que nada tiene que envidiar a las del Mediterráneo.

 

Con el B.O.E en la mano, y a tiro de firma, pagar letras es más fácil, pero hasta las páginas del Diario Oficial están numeradas y hay una que es la última.

Las promesas y las dádivas no son infinitas y –aunque Zapatero no se quiera enterar- alguna vez hay que dejar de embaucar a la gente.

Engañar a todos los que se dejen es un planteamiento como otro cualquiera. Lo que pasa es que muchos empezamos a pensar si José Luís Rodríguez Zapatero no se estará engañando a sí mismo. Y eso sería como para empezar a preocuparse incluso aunque no hubiera elecciones generales a la vuelta de la esquina.

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