Radio Nacional de España

Dice un viejo refrán que ‘cuando el diablo no tiene nada que hacer con el rabo mata moscas’.

Evidentemente Gaspar Llamazares no da la talla para ser el diablo; rabo no parece que tenga y tampoco se muestra muy capaz de matar moscas. Del refrán sólo nos queda el que no tiene nada que hacer desde que le descabalgaron de sus cargos en Izquierda Unida sus propios conmilitones. El escaño, un solo escaño, no da para mucho y, a falta de moscas, se dedica a hurgar de mala manera en la historia de España en su obsesión enfermiza por el franquismo.

Ahora le ha tocado el turno a Radio Nacional de España. Pretende el buen hombre que pase a denominarse Radio Española, por cuanto lo de nacional tiene connotaciones franquistas.

No es que la denominación Radio Nacional de España tenga connotaciones franquistas, es que fue fundada en plena Guerra Civil, en Salamanca, por el bando que capitaneaba el general Franco. Y con esa denominación la emisora pública ha transcurrido su historia, una historia brillante en lo profesional, en lo técnico y en los servicios que ha prestado y sigue prestando a la sociedad española. Las connotaciones políticas de Radio Nacional de España han sido más que suficientemente analizadas, y la democracia ha establecido una normativa más que plausible para que nadie pueda encontrar connotaciones pasadas.

Se puede discutir el acierto en la gestión en las diversas etapas, su mayor o menor contribución a la historia o su eficacia en determinadas circunstancias, pero salir ahora con la pata de banco del cambio de nombre sólo se le puede ocurrir a una mente calenturienta que no tiene nada mejor que hacer tras haber calentado suficientemente el asiento del escaño.

Cualquier profesional de la radio, en España, en Europa y en el mundo entero, conoce, aprecia y respeta la trayectoria de Radio Nacional de España y de sus profesionales. De ella han salido magníficas generaciones de periodistas radiofónicos. La labor de Radio Exterior de España como vocero de España en el mundo y cordón umbilical de compatriotas que en momentos no demasiado fáciles estaban fuera de su patria es reconocida por todos dentro y fuera de nuestras fronteras.

Aunque le pese a Gaspar Llamazares, el nombre de Radio Nacional de España es una marca de prestigio en el mundo radiofónico. Un prestigio bien ganado por sus profesionales a lo largo de su historia, de toda su historia.

 
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