El Rey

A pesar de las ‘sesudas’ reflexiones de los prebostes de Izquierda Unida –como se sabe con incontables seguidores y votantes en toda España- S. M. El Rey ha hecho en la cumbre de Chile lo que tenía que hacer y lo ha hecho con señorío y con oportunidad.

Y además lo ha hecho con perfecto derecho y con toda la autoridad moral del mundo por una simple razón: cualquier ciudadano, sea o no sea rey, sea o no sea político, sea o no sea Jefe de Estado, tiene derecho a decir a un personaje de la catadura política y democrática de Hugo Chávez que se calle. Otra cosa será que el personaje venezolano haga o no haga caso, se calle o no se calle; pero cualquiera tiene –con un tanto por ciento elevadísimo- más posibilidades de altura política y de autoridad democrática que él, incluidos los dirigentes de Izquierda Unida, que ya es incluir.

Que Antonio Romero diga sin sonrojarse que Chávez “ha sido elegido tres veces por su pueblo” y que “el Rey fue nombrado a dedo por Franco” no sólo es manipular la historia sino desconocer la realidad de la legitimidad de ejercicio. Según pasa el tiempo S. M. el Rey es cada vez más un Jefe de Estado democráticamente aceptado por la mayoría de los españoles, por el ejercicio que hace de los cometidos que la Constitución le asigna y también, según pasa el tiempo, Hugo Chávez, cuya legitimidad de origen es más que dudosa –a juzgar por cómo se desarrolla el juego electoral en su país-, arruina su legitimidad de ejercicio si es que alguna vez la tuvo.

Desconocen los políticos de Izquierda Unida, los pocos que van quedando, que siempre ha sido una norma de todo buen ciudadano no tolerar de ningún extranjero intromisiones en la política del propio país. Desconocen los dirigentes de lo poco que sobrevive de Izquierda Unida, que tampoco es una buena costumbre hablar de asuntos del propio país en el extranjero, y eso es precisamente lo que ha hecho S. M. el Rey. No tolerar que ningún foráneo se inmiscuya en nuestro política y mucho menos insulte a quien -él sí- fue elegido en varias ocasiones democráticamente por los españoles.

Dice Gaspar Llamazares que “la reacción a una denuncia no puede ser nunca la interrupción, o salirse de una reunión, el desplante”. ¿Quiere decir el ‘saliente’ coordinados de la coalición que se trata de una denuncia de un hecho cierto y comprobado? ¿Afirma Llamazares que Aznar propició un supuesto golpe de estado en Venezuela?

En cualquier caso las palabras de Chávez eran un insulto a un Jefe de Gobierno de España y, por ende, a todos los españoles y frente a la timorata y balbuciente respuesta de Rodríguez Zapatero -y la nula reacción del ministro de Asuntos Exteriores- S. M el Rey, una vez más, hizo lo que tenía que hacer y lo hizo bien, mal que les pese a los grandes defensores de la democracia en América que son los ‘políticos-restos’ de Izquierda Unida.

 
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