Los solsticianos

‘Nosotros como no somos creyentes, no celebramos la Navidad, celebramos el santo de una hija que se llama Natividad’.

Más o menos este era el texto que publicaba el maestro Mingote en uno de sus geniales dibujos. Y es que ahora lo progre, lo que se lleva y lo políticamente correcto, es negar la Navidad y hablar de ‘estas fiestas’, ‘estos días’, del solsticio de invierno y hasta de las fiestas de finales de diciembre y primeros de enero.

Todo sea por el laicismo, la laicidad, la neutralidad y hasta la aconfesionalidad del Estado que dice el cristiano Blanco.

Rodríguez Zapatero, que es el presidente de la secta de los ‘solsticianos’ se va a Doñana, no se sabe muy bien a qué, ni por qué. Para celebrar ‘estos días’ no hace falta tanto despliegue familiar, ni tantos buenos deseos, ni hablar con los soldados por video conferencia ni tanta zarandaja.

Habría que tener el valor de negar la Navidad en toda la extensión del término y con todas sus consecuencias y entonces hasta sobraría el árbol de las lucecitas de La Moncloa, las vacaciones y las copas en los ministerios.

Y no digamos si sobrarían los regalos que son tradicionales ‘por estas fechas’. Con la crisis hubiera sido un buen momento para suprimirlos. Y hasta hubieran estado de más las felicitaciones pseudolaicas de los más conspicuos ‘solsticianos’ que no son más que un remedo raquítico de los verdaderos deseos que las gentes de buena voluntad expresan y se intercambian en Navidad.

Los ‘solsticianos’ no. Se limitan a aprovechar lo que de frívolo y materialista tienen ‘estos días’, para las comilonas, las fiestas y lo que caiga, pero ellos no celebran la Navidad, si acaso, el santo de su hija Natividad, como ha dicho Mingote.

 
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